Dureza premonitoria

“Prefiero tratar a mis hijos con dureza. No quiero que me quieran demasiado. Así sufrirán menos cuando me mate.” (Alberto Ascari, piloto de Formula 1)

Alberto Ascari, era hijo de uno de los mejores pilotos italianos de todos los tiempos, y de él heredó no sólo su pasión por la velocidad, sino también un trágico destino. Ambos murieron a la edad de 36 años, con treinta años de diferencia, y ambos en un accidente fatal en un circuito. Antonio Ascari murió conduciendo su Alfa Romeo en el Autodrome de Montlhéry, mientras que Alberto lo hizó en Monza al volante de un Ferrari, curiosamente había salido prácticamente ileso de un tremendo accidente en Mónaco en el que su bólido cayó al mar, solamente 5 días antes. Padre e hijo corrían con el número 26.
Comparte: