Volar el puente

“Mi familia estaba formada por nórdicos puros, es decir, idiotas. Suyas eran todas las ideas equivocadas que se hayan podido exponer en ese mundo. Una de ellas era la doctrina de la limpieza, por no hablar de la probidad. Eran penosamente limpios. Pero por dentro apestaban. Ni una sola vez habían abierto la puerta que conduce hasta el alma; ni una sola vez se les ocurrió dar un salto a ciegas en la oscuridad. Después de comer, se lavaban los platos con presteza y se colocaban en la alacena; tras haber leído el periódico, se plegaba cuidadosamente y se guardaba en su estante; después de lavar la ropa, se planchaba y doblaba y luego se guardaba en los cajones. Todo se hacía pensando en el mañana, pero el mañana nunca llegaba. El presente sólo era un puente, y en él siguen gimiendo, como el mundo, y ni a un solo idiota se le ocurre volar el puente.” 
(Henry Miller, Trópico de Capricornio)
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