Invictus

“Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de las circunstancias
Ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.

Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.”

(William Ernest Henley, Invictus)

Este es el poema que, en la película con el mismo título dirigida por Clint Eastwood, Mandela le escribe el al capitán de la selección sudafricana de rugby, Francois Pienaar, antes del comienzo del campeonato mundial de 1995. No obstante, en realidad lo que Mandela le dio en aquella ocasión fue el extracto de un discurso de Theodore Roosevelt.
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