Costumbres curiosas

“Una de las cosas que a Ford Perfect le había costado más trabajo entender de los humanos era su costumbre de repetir y manifestar lo que era a todas luces muy evidente; como Hace un buen día, Es usted muy alto o ¡Válgame Dios!, parece que te has caído a un pozo de diez metros de profundidad, ¿estás bien? Al principio, Ford elaboró una teoría para explicarse esa costumbre extraña. Si los seres humanos no dejan de hacer ejercicio con los labios, pensó, es probable que la boca se les quede agarrotada. Tras unos meses de meditación y observación, rechazó aquella teoría a favor de una nueva. Si no continúan haciendo ejercicio con los labios, pensó, su cerebro empieza a funcionar. Al cabo del tiempo la abandonó, considerando que era embarazosamente cínica, y decidión que después de todo le gustaban mucho los seres humanos, pero siempre le preocupó extremadamente la tremenda cantidad de cosas que desconocían.”
(Douglas Adams, Guía del autoestopista galáctico)

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